INSTALAN COMISIÓN BICENTENARIO DE MÉXICO

 

El 8 de marzo de 2007 el presidente Felipe Calderón instaló la Comisión Organizadora de la Conmemoración del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución Mexicana.

 

Como se recordará, esta Comisión tiene origen en una Ley del Congreso Federal del año 2006, y el presidente Vicente Fox alcanzó a nombrar como director al dirigente político Cuauthémoc Cárdenas, previo consenso con los candidatos presidenciales. Pero éste renunció como resultado del debate generado por los resultados electorales. El nuevo presidente designó en su reemplazo no a una persona, sino a una institución (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes), por lo que el presidente de éste, el músico Sergio Vela Martínez, ha asumido como director del Bicentenario mexicano.

 

A continuación se trascriben los discursos del presidente Calderón y del maestro Sergio Vela en el acto de instalación.

 

También se da noticia de la instalación del Consejo Asesor del Bicentenario

 

PALABRAS DEL PRESIDENTE FELIPE CALDERÓN

 

Tomado de: http://www.presidencia.gob.mx/

 

 

Señor Ministro Presidente Guillermo Ortiz Mayagoitia, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Diputado Jorge Zermeño Infante, Presidente de la Mesa Directiva de la Honorable Cámara de Diputados y Presidente del Congreso.

Senador Ricardo Torres Origel, Vicepresidente del Senado de la República.

Excelentísimos embajadores que nos acompañan; rectores; personalidades diversas.

Señoras y señores:

 

Es un honor para mí estar en esta ceremonia en la cual instalamos la Comisión para la Celebración del Bicentenario del Inicio de la Independencia y del Centenario de la Revolución.

Saludo a los embajadores de los países hispanoamericanos que nos acompañan.

 

Saludo también a los académicos, a los historiadores, a los escritores, a los artistas que están aquí, agradezco mucho su presencia en este evento.

 

Dos mil diez, 2010 será el año de la Patria, conmemoramos la Gesta de la Independencia que hace 200 años proclamó un México libre y soberano.

 

Celebramos además, los 100 años del inicio de nuestra Revolución que impulsó los derechos políticos, sociales y civiles de los mexicanos, que culminara con el establecimiento de nuestra Carta Magna.

 

El Honorable Congreso de la Unión ha decidido declarar al año 2010, como Año del Bicentenario del Inicio del Movimiento de Independencia Nacional y del Centenario del Inicio de la Revolución Mexicana.

 

Nuestra historia une y hermana a los mexicanos. Todos tenemos un mismo origen que nos enorgullece, que respetamos y con el cual nos identificamos.

 

Por otra parte, también México forma parte del espíritu de conmemoración de todos los países hermanos de América Latina que nacimos a la vida independiente al  mismo tiempo.

Los festejos de Independencia serán un nuevo punto de convergencia entre nuestras naciones, ese es mi propósito; su celebración será la nuestra y queremos que la nuestra sea también la suya.

 

En términos del decreto expedido por el Congreso de la Unión se establece que el Ejecutivo Federal o la persona que éste designe asuma la presidencia de la comisión.

 

He tomado la decisión de asumir personalmente la responsabilidad de encabezar la Comisión Organizadora de los Festejos y, desde luego, de cumplir con la encomienda del decreto.

 

El propio decreto señala que el Presidente debe designar a una entidad de la Administración Pública para la coordinación ejecutiva de los programas y calendarios de los festejos.

 

Por tal motivo no sólo he asumido la presidencia sino también he designado al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes para este encargo y he dado instrucciones a su titular, al maestro Vela, para que elabore una propuesta de proyectos artísticos y culturales en su ámbito.

 

Esto sin menoscabo de que esta comisión coordinará con instancias públicas y privadas de todo el país los eventos, los programas y las obras de carácter social, educativo, económico, ambiental y político, con lo que celebraremos lo que somos y lo que seremos.

 

Tal como lo estableció el Legislativo, la propuesta de proyectos tomará en cuenta la composición pluricultural de nuestra Nación y será incluyente, estará abierta a la sociedad y a todos los mexicanos dentro y fuera del país.

 

Este mismo día también se conforma un comité asesor de las celebraciones que estará integrado por instituciones educativas y de cultura, así como por historiadores y especialistas del más alto nivel.

 

Quiero también anunciar, desde este recinto histórico, patrimonio de todos los mexicanos, que tal como me comprometí durante mi recorrido por el país, mi Gobierno ha elaborado un diagnóstico sobre la infraestructura cultural.

 

En ese diagnóstico se incluyen los lugares que los mexicanos valoramos por su contenido histórico, artístico y cultural que abarca desde zonas arqueológicas, museos, teatros, escuelas, espacios históricos y espacios para la difusión del arte y la cultura.

 

A partir de ese diagnóstico desarrollaremos un exhaustivo plan de rescate, restauración y modernización de nuestras instalaciones de arte, historia y cultura, así como de nuestro patrimonio para asegurar la conservación y funcionamiento para el disfrute de todas las generaciones de mexicanos.

 

La conmemoración del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución son motivos de fiesta, de alegría, de orgullo, de Patria.

 

Estoy convencido que en el 2010, la Patria debe florecer con el orgullo radiante de lo que juntos hemos hecho; celebraremos nuestra libertad, lo que hemos sido, lo que somos, lo que seremos.

 

Celebremos la victoria y también el plebiscito cotidiano de nuestro ser nacional en los términos de Renan: “de haber hecho juntos grandes cosas y de querer hacer otras más”.

 

Para mi Gobierno la cultura representa la suma de lo mejor de nuestro pasado y de nuestro presente y la historia es, precisamente, la vertiente en la que somos Nación y Nación libre y soberana.

 

Es la voz viva de nuestro pueblo, es el colorido de nuestras expresiones que nos distinguen y por la que somos distinguidos en el mundo.

 

Fortalecer nuestra cultura y a través de la historia es fortalecer a México.

 

Independientemente de los trabajos que haga el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, estaremos atentos al Consejo Asesor que estará integrado, como he dicho, por instituciones educativas y culturales, para que enriquezcan la definición y el rumbo de nuestra política cultural y también del contenido de los festejos.

 

Aquí necesitamos el apoyo y la participación de todos en esta enorme tarea.

 

Señoras y señores:

 

El 16 de septiembre de 1810, fecha emblemática y emotiva para todos los mexicanos, comenzó la lucha de la Independencia encabezada por el Padre de la Patria, Don Miguel Hidalgo y Costilla.

 

Hidalgo abolió la esclavitud y convocó a fundar una nueva sociedad sin servidumbres y sin castas, a su causa se entregaron mujeres y hombres insignes que hoy recordamos y honraremos durante estos años.

 

Mujeres y hombres, como la corregidora Josefa Ortiz de Domínguez, como el generalísimo José María Morelos y Pavón, Siervo de la Nación; como Ignacio Allende o Mariano Matamoros.

Como Leona Vicario o Andrés Quintana Roo, como los hermanos Galeana y los hermanos Bravo o como Francisco Javier Mina o Vicente Guerrero.

 

José María Morelos mismo, sintetizaba así el sueño de la lucha de la Independencia: “quiero que tengamos un Gobierno dimanado del pueblo y sostenido por el pueblo.

 

Que hagamos la declaración de que no hay otra nobleza que la de la virtud, el saber, el patriotismo y la caridad.

 

Que todos somos iguales pues del mismo origen procedemos.

 

Que no haya privilegios ni abolengos.

 

Que no es racional ni humano, ni debido, que haya esclavos, pues el color de la cara no cambia el del corazón ni el del pensamiento.

 

Que se eduque a los hijos del labrador y del barretero, como a los del más rico hacendado.

Que todo el que se queje con justicia tenga un tribunal que lo escuche, que lo ampare y lo defienda contra el fuerte y el arbitrario”.

 

Cien años después comenzaría otra gesta histórica, la de la Revolución que movilizó a millones de mexicanos para luchar por la reivindicación de sus derechos civiles y sociales.

 

En el Plan de San Luis, Francisco I. Madero, el Apóstol de la Democracia llamó al pueblo a las armas para derrocar a la dictadura y restablecer los derechos ciudadanos.

 

Emiliano Zapata reclamó la tierra para los campesinos en el Plan de Ayala. En el Plan de Guadalupe, Venustiano Carranza y las soberanías estatales se opusieron a la usurpación y al rompimiento del orden constitucional que encabezaba Victoriano Huerta.

 

En la Convención de Aguascalientes, Francisco Villa y los revolucionarios exigieron justicia social y un nuevo proyecto de país.

 

Con la Constitución del 17, los legisladores surgidos de la revolución establecieron en la ley los justos reclamos de la sociedad a la educación, a la tierra, al trabajo digno.

 

La Revolución Mexicana, escribió Octavio Paz en El Laberinto de la Soledad, “nos hizo salir de nosotros mismos y nos puso frente a la historia, planteándonos la necesidad de inventar nuestro futuro y nuestras instituciones”.

 

La celebraciones del 2010 nos invitan a reflexionar sobre lo que hemos construido como país en los últimos 200 años; todavía más, nos invitan a reflexionar lo que queremos hacer en los que siguen.

 

Estas gestas históricas pusieron los cimientos de México como un país libre, soberano y democrático.

 

Los mexicanos nos hemos dado instituciones y leyes para que se respete la voluntad general y los derechos ciudadanos.

 

Sin embargo, para que la democracia eche raíz profunda es necesario que cada mexicana y cada mexicano tenga sus necesidades básicas cubiertas para que puedan así ejercer sus libertades y derechos en condiciones de igualdad.

 

Y ese es el origen de nuestro México libre, soberano y democrático. Ahora nosotros tenemos que construir el México equitativo, justo; el México limpio y el México seguro que merece el curso de nuestra historia y de lo que somos.

 

Un reclamo de justicia todavía vigente desde aquellas épocas de la Independencia y hasta la miseria que hoy sigue imperando en nuestros días.

 

Ese reclamo exige de quienes participamos en la vida pública voluntad de diálogo y de acuerdo, sensibilidad, responsabilidad y patriotismo para saber distinguir lo que es prescindible y diferencia opinable a lo que es patriótico y lo que exige coincidencia y apoyo entre los mexicanos.

 

Solamente sumando esfuerzos, solamente haciendo virtud de nuestras diferencias en la coincidencia, podremos construir un México más igualitario.

 

Un insurgente, don Carlos María de Bustamante, trazó el camino cuando escribió hace casi dos siglos: “que el tiempo hizo ver que sólo por medio de la unión podíamos conseguir el anhelado bien de la Independencia, pues cuando estuvimos desunidos, sólo conseguimos destrozarnos infructuosamente”.

 

Señoras y señores:

 

Estamos en un momento histórico en el que unidos los mexicanos podemos culminar la lucha de nuestros héroes, la lucha por alcanzar un México más justo y equitativo para todos.

 

Yo los exhorto a que trabajemos todos los mexicanos, sin distingos, desde la trinchera de cada quien, con esmero y patriotismo en lograrlo.

 
En este recinto histórico, que es centro de la Nación, Diego Rivera ha plasmado con claridad y con fuerza el largo recorrido del pueblo mexicano en su lucha por la justicia, la libertad y la democracia.

 

Nos toca a esta generación decidir que lugar queremos ocupar en ese mural y, sobre todo, hacia dónde queremos llevar a la Nación, hacia dónde debe seguir.

 

Que el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución no sean más en el mural confrontación y desencuentro, sino espacio vivo, concreto y luminoso de unidad y de solidaridad entre los mexicanos.

 

Invito a cada niño, a cada joven, a cada adulto, a todas las mujeres y a todos los hombres de México a hacer suyas, a hacer nuestras las celebraciones del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de nuestra Revolución y a participar con emoción, con alegría, con fervor patrio en cada una de sus expresiones.

 

Muchas gracias.

 

 

PALABRAS DE SERGIO VELA EN LA INSTALACIÓN

 DE LA COMISION BICENTENARIO DE MÉXICO

 

Tomado de: http://www.sonora-mexico.com/

 

Licenciado Felipe Calderón, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos;
Ministro Guillermo Ortiz Mayagoitia, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación;
Diputado Jorge Zermeño, Presidente de la honorable Cámara de Diputados;
Muy distinguidos miembros del Cuerpo Diplomático iberoamericano acreditado en México;
Señoras y señores:

El movimiento de Independencia de México y la Revolución Mexicana son dos acontecimientos de un gran significado en los inicios y el desarrollo de la historia moderna.

La Independencia nacional es uno de los hitos en la lucha por las libertades fundamentales del individuo y de los pueblos que se identifica con el nacimiento
del mundo moderno. Ideas que supieron prefigurar, ya en el siglo XVII, inteligencias privilegiadas como Sor Juana Inés de la Cruz. En este
día dedicado a la mujer, conviene recordar sus palabras:
 

Porque pensar que por sí
los hombres se sometieron
a llevar ajeno yugo
y a sufrir extraño freno,
si hay causas para pensarlo
no hay razón para creerlo…

Primer país en decretar la abolición de la esclavitud y en llevar a la práctica, con esto, el principio de igualdad de todos los hombres, el México insurgente es asimismo el germen de la soberanía, del régimen constitucional y de la igualdad política y social en nuestro país.

Cien años después, la Revolución Mexicana es la traducción de esos ideales de una sociedad igualitaria en la exigencia social de una democracia efectiva. Fue la primera de las grandes revoluciones del siglo XX y un movimiento que produjo instituciones que expresan principios de
justicia social que fueron los cimientos una nueva
sociedad. “La Revolución mexicana”, ha dicho Octavio Paz, “es un hecho que irrumpe en nuestra historia como una verdadera revelación de nuestro ser”.

En el año 2010 se cumplirán aniversarios significativos de estos dos trascendentales acontecimientos históricos. El Bicentenario de la Independencia nacional y el Centenario de la Revolución mexicana convocarán a los ciudadanos y las instituciones de todo México y de otros lugares del mundo en torno de su conmemoración.

La designación de la que por parte del Presidente de la República es hoy objeto el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, como la institución responsable de
la Coordinación Ejecutiva de los programas acordados para la conmemoración, entraña el más alto honor. Agradezco
profundamente al Presidente Felipe Calderón este voto de confianza y le expreso mi compromiso absoluto con el cumplimiento escrupuloso de esta gran responsabilidad.

Esta Coordinación Ejecutiva vigilará la realización del programa y las orientaciones que la Comisión Organizadora, encabezada por el Presidente de la República, establezca con el apoyo de su Consejo Asesor, al que se integrará un distinguido grupo de historiadores mexicanos, así como las más
importantes instituciones públicas de educación superior y agrupaciones académicas del país. Asimismo, este cuerpo asesor fungirá como
comité consultivo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes en el ejercicio formal de sus atribuciones.

La Coordinación Ejecutiva contará con la colaboración de todas las dependencias y entidades del gobierno federal, y en especial de las secretarías de Educación Pública, Defensa Nacional, Marina, Gobernación, Hacienda y Crédito Público, Desarrollo Social, Comunicaciones y Transportes,
Relaciones Exteriores y Turismo. Una de sus tareas fundamentales será también garantizar la acción coordinada con las instancias de todos los ámbitos de gobierno y las instituciones y organismos de los sectores social y privado que llevarán a cabo actividades y proyectos.

Entre
las mejores maneras de celebrar y conmemorar estos aniversarios, se cuenta la revaloración del legado del México surgido de estos acontecimientos históricos, como son nuestros espacios culturales emblemáticos o de más larga tradición.

Durante su campaña como candidato, Señor Presidente, usted ofreció a la ciudadanía la realización de un diagnóstico de la infraestructura cultural más importante del país. Aprovecho esta ocasión para hacerle entrega del mismo, que usted me instruyó realizar y que servirá de base fundamental para los trabajos de restauración y mejoras que habremos de emprender.

Revitalizar y devolver su esplendor a parte de nuestros 32 teatros con más
de cien años de haber sido inaugurados, y de los 35 con más de 50;
mejorar los servicios y las condiciones de uso y conservación de las 173 zonas arqueológicas abiertas al público, a las que en el año 2010 se habrán sumado otras 9; reconocer la aportación de las 33 escuelas de educación artística y formación y conservación en antropología e historia que tenemos,
varias de ellas de vocación nacional y relevante tradición, dotándolas de espacios dignos, podrán ser esfuerzos idóneos en el marco de la conmemoración.

A ello se agregarán actividades de una gran diversidad –exposiciones, publicaciones, producciones audiovisuales, conferencias, congresos, certámenes, rescates
documentales, entre otras–, enfocadas a generar una amplia participación social y reavivar nuestra memoria histórica.

Un pueblo tiene en su memoria histórica una de las más preciadas expresiones de su patrimonio cultural. De un patrimonio, el intangible, sin el cual las formas materiales de la cultura carecerían de sentido.

Conmemorar –recordar en reunión, en su sentido etimológico– es por naturaleza acto de la cultura: reunirse para recordar, hacer del recuerdo lazo de unión.

Espacio de la conmemoración, de la memoria compartida, de la memoria común, la cultura es diálogo, comunicación, comunidad.

Como ámbito de la libertad y el pensamiento, la
cultura permite la coexistencia del disenso y el acuerdo, la discusión y la crítica. Es entonces el punto propicio desde el cual adentrarnos, como sociedad, en la complejidad y la verdad de la historia mexicana, con equilibrio y objetividad,
alejándonos de simplificaciones y maniqueísmos. A ello contribuye nuestra pluralidad cultural.

Lingua franca metafórica para una nación dueña de seis decenas de lenguas vivas, la cultura es forma de comunicación entre los mexicanos, espacio en el que los valores, las tradiciones, la historia y las creaciones de todos confluyen y se entretejen sin perder su individualidad.

La cultura hace posible
la unidad sin atentar contra la diversidad; hace posible subrayar nuestras afinidades respetando nuestras diferencias.
Nos proyecta como una nación unida, pero no uniforme sino diversa.

La forma de coexistir de las culturas de México se refleja también en el diálogo de México con los otros pueblos del mundo. Convivimos con otros pueblos sobre la base de lo que nos une y a la vez nos distingue. Por eso, esta conmemoración histórica, que subraya la singularidad de nuestro
pasado y nuestra cultura, redescubre también nuestra pertenencia a un pasado y un horizonte de civilización más amplios: los del mundo iberoamericano
.

De ahí que sea momento de reunión no sólo de todos los mexicanos sino de las naciones con las que compartimos lengua e historia, de este y el otro lado del Atlántico. El gran Alfonso Reyes escribió con toda razón: “La verdadera independencia no existe mientras quedan resabios de rencor o de pugna. La verdadera independencia es capaz de amistad, de reconocimiento, de comprensión y de olvido”.

2010 es una gran oportunidad de amistad, de reconocimiento y de comprensión entre nuestros países. Es una gran oportunidad de reconocimiento, unión y reencuentro de todos los mexicanos.

Sin duda, sabremos aprovecharla.


Muchas gracias.

INSTALAN CONSEJO ASESOR PARA BICENTENARIO DE MÉXICO

 

Por: Redacción Excélsior
25/05/2007

Tomado de: www.nuevoexcelsior.com.mx

Cortesía de: www.bicentenario.com.mex

El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) integró ayer de manera formal el Consejo Asesor de la Comisión Organizadora de la Conmemoración del Bicentenario de la Independencia Nacional y el Centenario de la Revolución Mexicana.

El presidente de Conaculta, Sergio Vela, señaló que lejos de ser una figura formal o simbólica ,este consejo consultivo tendrá un papel decisivo en el diseño de las actividades.

Indicó que la conformación del Consejo Asesor es la mejor garantía de que la conmemoración sea un encuentro de los mexicanos con su historia, no con una interpretación de la historia mexicana y, menos aún, con la interpretación oficial.

Añadió que su papel será decisivo en el diseño de un programa de actividades en el que cada proyecto tenga razón de ser, con utilidad pública, rigor conceptual y representatividad social.

En el consejo asesor participan los historiadores Enrique Florescano, Virginia Guedea, Enrique Krauze, Miguel León Portilla, Josefina Zoraida Vázquez y Fausto Zerón-Medina; los politólogos Federico Reyes Heroles y José Woldenberg, el sociólogo Rodolfo Stavenhagen, los científicos Ruy Pérez Tamayo y Pablo Rudomín, y los escritores Christopher Domínguez y Ernesto de la Peña.

A nivel institucional participan los presidentes de El Colegio de México, Javier Garciadiego; la Academia Mexicana de la Historia, Gisela von Wobeser; la Academia Mexicana de la Lengua, José Moreno de Alba; El Colegio Nacional, Jesús Kumate; El Colegio de Michoacán, Rafael Diego; y Alicia Mayer, directora del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM.

Además de René Asomoza, director del Centro de Investigaciones y de Estudios Avanzados; Consuelo Sáizar, directora del Fondo de Cultura Económica y Luis H. Álvarez, titular de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.

 

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