PRESIDENTE, JUAN MANUEL SANTOS, SUPRIME LA ALTA CONSEJERÍA PRESIDENCIAL PARA EL BICENTENARIO
DECRETO 3015 DE 2010
(agosto 11 de 2010)
Por el cual se suprimen y se crean unas Altas Consejerías en el Departamento Administrativo de la Presidencia de la República.
El Presidente de la República de Colombia,
En ejercicio de las facultades constitucionales y legales, en especial las que le confieren el numeral 16 del artículo 189 de la Constitución Política, el artículo 54 de la Ley 489 de 1998 y el artículo 25 del Decreto 4657 de 2006,
DECRETA:
Artículo 1°. Suprímase en el Departamento Administrativo de la Presidencia de la República la Alta Consejería Presidencial, la Alta Consejería Presidencial para el Bicentenario de la Independencia y la Alta Consejería Presidencial para la Política Anticíclica.
(…)
Artículo 9°. El presente decreto rige a partir de la fecha de su publicación, deroga los Decretos 2440 de 2001, 446 de 2008 y 1353 de 2009 y modifica en lo pertinente el Decreto 3737 de 2008.
Publíquese y cúmplase
Dado en Bogotá, D. C., a 11 de agosto de 2010
JUAN MANUEL SANTOS CALDERÓN
Juan Carlos Echeverry Garzón
Ministro de Hacienda y Crédito Público
Tomado de: http://www.dmsjuridica.com/CODIGOS/LEGISLACION/decretos/2010/3015.htm |
Así, sin pena ni gloria, tal como había sido creada por el ex presidente Álvaro Uribe Vélez mediante el Decreto 446 de 2008, desapareció la Alta Consejería Presidencial para el Bicentenario de la Independencia de Colombia 1810-2010 a los cuatro días de haber tomado posesión el nuevo presidente Juan Manuel Santos.
Y eso que en su discurso de posesión, titulado “¡Le llegó la hora a Colombia!”, el mandatario se definió como miembro conspicuo de la generación del Bicentenario y heredero de la gesta libertaria:
“Hace doscientos años, en esta misma plaza, un puñado de neogranadinos dio los primeros pasos en nuestro camino hacia la independencia.
“Somos la generación del Bicentenario: una generación con sentido del pasado y con vocación de futuro.
“Al asumir el cargo de Presidente de la República de Colombia, el más alto honor pero también la mayor responsabilidad que otorga la Patria, siento que nos miran desde la historia nuestros padres Bolívar, Santander, Nariño y todos los hombres y mujeres que lucharon por darnos la Libertad.
“Si ellos regresaran, verían con regocijo y con asombro cuánto hemos crecido en este país; cuánto se ha multiplicado; cuánto se ha transformado.
“Pero también sentirían desilusión, porque doscientos años después no hemos alcanzado la justicia social ni consolidado la paz, soportes de la verdadera libertad, esa libertad por la que ellos vivieron y murieron.
“Si queremos lograr el pleno desarrollo económico y social, tenemos que construir unidad entre nosotros, los herederos de la gesta libertaria.
“En el bicentenario de nuestra Independencia es más oportuno que nunca que los colombianos nos decidamos por la unión y no por la confrontación”.
(tomado de:
http://wsp.presidencia.gov.co/Prensa/2010/Agosto/Paginas/20100807_15.aspx)
De esta manera se dobló definitivamente la página del Bicentenario en Colombia, al que el país no le dedicó ni los seis días de Chile, ni los cuatro de Argentina y de México, sino apenas medio día del 20 de julio, lo que duró el Concierto.
Y el Gobierno Nacional no le destinó, no digamos los diez años de Chile, ni los cinco de Bolivia, Ecuador y México, pero ni siquiera el año completo de 2010 a la celebración, que se esfumó con los albores y los hervores del nuevo Gobierno.
No sobra agregar que el Bicentenario no hizo parte del debate electoral, lo que es muy diciente, y muy raro a la vez: a ningún candidato –de ninguna tendencia política- le interesó ser el presidente del Bicentenario, ni cobrarle a Uribe la no celebración.
Hay que abonarle a Santos que por lo menos hizo presencia en los actos conmemorativos del Bicentenario de México, pues Uribe no asistió a ninguno de los de su mandato (y tal vez ni lo invitaron); a la par que internamente hizo lo posible por asistir a los pocos eventos que se dieron en el país, como se le vio en Medellín la noche del 19 de julio, al lado del alcalde Alonso Salazar, presidiendo la extraordinaria y costosa quema de fuegos pirotécnicos detrás del Edificio Inteligente de EPM, dignos de haber sido el cierre con broche de oro del Mundial de Fútbol, sólo que el campeonato fue en Suráfrica y que si algo sobraba en Medellín era pólvora.
“¡Esta es Colombia, Pablo!”.
“Esta es Colombia, Pablo”, “le dijo el dulce poeta Arturo Camacho Ramírez a su amigo Pablo Neruda cuando este visitó Colombia”, según Poncho Rentería; pero el dulce poeta resulta ser Jorge Rojas, del movimiento Piedra y Cielo, según dato de Antonio Caballero (“Como decía en un poema de hace medio
siglo el poeta Rojas tratando de explicarle a su colega Neruda las laberínticas complejidades simplemente topográficas de este país: "Esta es Colombia, Pablo"), en poema que a la sazón dice:
El cuerpo de la patria
a Pablo Neruda
Esta es Colombia, Pablo, con su espuma y su piedra
curvada dulcemente sobre el cielo de América.
Aún lentas carabelas en el Océano Atlántico
de blancura y de norte hacen su itinerario,
y si Colón volviese de su último viaje
bahías de sus tierras diera para sus naves.
Las aguas que copiaron el rostro de Balboa
aún son mansas, y tiembla el cielo entre sus olas.
Son el futuro rumbo: el presagio y el alga
entre su limo crecen, buscando la mañana.
Oye su caracol. Pon tu espalda en la tierra
que hombre y mar son iguales tendidos en la arena.
Suelta tu ronca voz, por riscos de sus Andes
que Colombia te escucha creciendo entre sus árboles.
¡Y mira el Tequendama de cantera y de pluma
desplomar fragoroso sus líquidas columnas!
El suelo con su gusto de pan en sus arcillas
coronando está de oro la sien de las espigas;
y un vaho maternal como húmedo fuego
conduce la semilla del arado a los bieldos.
Mira las mariposas de Muzo bajo el día
palpitar como gotas de una esmeralda líquida
y la orquídea de aroma y de entreabierto sexo
mecerse entre los árboles como un ave del cielo.
[...]
Y esta que ves y tiene su cimiento en el alma
es Bogotá que ignora la medusa y la esponja,
mas tiene ala de puerto, e inmensidad que azota
el momentáneo sitio donde se posa el águila
y en azúcar resuelve su escudo la granada.
Recostada en su lecho de cuaternaria estirpe,
pequeños ríos la rondan y el monte que la inscribe
en la cierta planicie deja caer sus losas
de castigada piedra no en peso sino en sombra.
¡Tal es la patria, Pablo! Durezas y blanduras
saben de su materia. Está su entraña húmeda
de tan profunda sangre, que llegar a sus valles
es atender el pulso deshecho de los padres.
[...]
El amor va creciendo con la tierra y sus signos,
tiene norte y limita con rocas y con playas,
y mi amada que habita su parcela de lágrimas
se suma sometida al concierto terrestre
por su calor, su paso, y ese germen de muerte
que transita la incierta materia de las cosas.
Ella integra la patria; vecina de la rosa,
la lluvia, el árbol solo, el berilo y la espuma..
(Tomado de: http://www.ciudadviva.gov.co/julio07/magazine/2/index.php)
|