cabecera

pagina_principal

celebracion colombiana
 

4 DE DICIEMBRE: 475 AÑOS DE FUNDACIÓN DE LA CIUDAD
Y PROVINCIA DE ANTIOQUIA (1541 – 2016)

Para querer a Antioquia desde el principio

 

“Acuérdome al tiempo que la fundamos, que me dijo Robledo que le quería poner por nombre Antiocha, y yo le respondí: No le faltarán guerras como la de Siria”
Pedro Cieza de León (Nota 1)

El 2 de marzo y el 4 de diciembre del presente año tienen lugar dos efemérides de gran importancia para Antioquia, para el Valle de Aburrá y para varios municipios de Antioquia (Buriticá, Sopetrán, entre otros), como son:

  • 475 años de la fundación de la ciudad de Antioquia por el español Jorge Robledo, en tierras del cacique Nutibara, el 4 de diciembre de 1541, y

 

  • 400 años de la fundación de San Lorenzo de Aburrá y otros siete pueblos de indios en la Provincia de Antioquia, por parte del visitador Francisco Herrera Campuzano, el 2 de marzo de 1616.

Aparte de los pecados originales de la Conquista, sobre los que tanto se recabó en 1992 (la trampa, la codicia, la muerte y la exculpación) (Nota 2), lo primero que hay que decir en los 475 años de la fundación de Antioquia es que la efeméride resalta a la ciudad de Santafé de Antioquia, milagro patrimonial recostado al cerro de oro de Buriticá, como capital que fue de la antigua provincia durante los siglos XVI, XVII, XVIII y parte del XIX (hasta 1826, la Independencia), la cual en su magnífica arquitectura y trama urbana conserva la memoria de su intrincado proceso de consolidación política y del prolongado ejercicio de la capitalidad, así como del inmenso trabajo social implicado en la construcción de sus casas, edificios de gobierno e iglesias.

Lo segundo, es que se trata del origen del Departamento de Antioquia, y no sólo del municipio de Santafé de Antioquia, porque cuando los españoles fundaban una “Ciudad” no se referían a un caserío, sino a una más o menos extensa jurisdicción territorial, pues en realidad se trataba de Ciudades-Provincia.

Lo tercero, que Antioquia no surge como un hecho aislado, sino que hizo parte de un ciclo fundacional de cinco años de la región centro-nor-occidental de la actual Colombia, correspondiente al Cauca Medio, que comenzó en junio de 1538 con el descubrimiento de las ricas minas de Buriticá por Juan Vadillo, gobernador de Cartagena; siguió en diciembre del mismo año en Cali, donde con esta noticia las tropas que venían del Perú planearon la conquista del norte; continuó el 15 de agosto de 1539 con la fundación de la ciudad de Anserma por Jorge Robledo como punta de lanza para llegar hasta aquellas minas; prosiguió el 9 de agosto de 1940 con la fundación de Cartago; de aquí partió a comienzos del año siguiente la última expedición de Robledo, que aunque tuvo como motivación el descubrimiento del mítico valle de Arví, concluyó retomando el plan inicial de establecer una población en cercanías de las minas de Buriticá, hecho que se dio el 4 de diciembre de 1541 con la fundación de Antioquia. A estas creaciones robledanas se suma la ciudad de Arma (25 de julio de 1542), mandada fundar por Belalcázar en retaliación contra Robledo.

“Siguieron la trocha, al linde de las sonadoras sábanas turbulentas del Bredunco que otros dicen río Cauca, llegaron a la Herradura, palacio de zinc y guadua”
León de Greiff

Cuarto, que la Ciudad de Antioquia no ha estado siempre en el mismo lugar. La primera Antioquia, la de Robledo, fue fundada en 1541cerca de Peque; al año siguiente fue trasladada para el actual casco urbano de Frontino, donde siempre fue hostigada por los indígenas, por lo que terminó siendo pasada en 1573 para el río Cauca, en su confluencia con el río Tonusco, sitio donde ya existía la Villa de Santafé, fundada por Robledo en mayo de 1546. Al fundirse los dos centros poblados toma el nombre de Santafé de Antioquia.

5°. Que la ciudad de Antioquia surge como un territorio en disputa entre las gobernaciones de Cartagena y del Perú (luego de Popayán); en 1569 se le pone al lado la Provincia de Entre los Dos Ríos, Nibe y Bredunco, y sólo en 1584 la Corona unifica la provincia de Antioquia y la separa de Popayán.

Finalmente, que a diferencia de Anserma, Cartago y Arma, en la zona cercana a Santafé de Antioquia los pueblos originarios permanecieron en guerra durante toda la Colonia española y parte de la República, y hasta bien entrado el siglo XX (apertura de la Carretera al Mar) mantuvieron su condición de aislamiento, en una territorialidad y pervivencia que el Estado colombiano terminó por reconocer mediante la creación de un arco de resguardos indígenas en el Occidente Antioqueño, en tierras compradas en buena parte con recursos del Departamento.

No menos interesante resulta el caso de San Lorenzo de Aburrá. Aquí es necesario llamar la atención sobre la grave distorsión que implica pensar que la historia de Antioquia comienza y termina en Medellín, como si solo importaran los hechos sucedidos en la capital. Así como la fundación de Antioquia se inscribe dentro de un ciclo fundacional de cuatro ciudades, San Lorenzo de Aburrá hizo parte de la fundación de ocho (8) pueblos de indios o resguardos indígenas que fueron creados al mismo tiempo por un visitador de la Real Audiencia del Nuevo Reino de Granada en la provincia de Antioquia entre 1615 y 1616, ninguno de los cuales se conservó como resguardo, pero sí como los actuales municipios de Medellín, Sopetrán, San Jerónimo y Buriticá. San Lorenzo, primera fundación hispana en el valle del río Aburrá, consistió en un extenso resguardo indígena destinado a albergar 200 indígenas que ya estaban en dicho valle (Aburráes y Yamecíes) y otros 200 que se trasladaron al efecto desde las cercanías de Santafé de Antioquia (Peques, Ebéjicos y Noriscos). El resguardo comprendía medio valle de Aburrá (desde el cerro Nutibara hasta los nacimientos del río Medellín) y tenía una capilla doctrinera y un comienzo de centro urbano en el actual barrio El Poblado. No es el origen de Medellín. Al contrario, desde Medellín se acabó con San Lorenzo de Aburrá en 1685.

Estas dos efemérides interpelan a los antioqueños a revisitar su pasado, más allá de las generalidades con que se abordó en 1992 la conmemoración de los 500 años de la llegada de los españoles a América, y más allá de la disputa sobre la fecha fundacional de Medellín, para concentrar la mirada en los procesos de construcción de nación, de región y de ciudades que tuvieron como escenario la ciudad de Antioquia y el territorio comarcano (incluido el valle de Aburrá) entre los decisivos años 1538 y 1616, fechas que enmarcan la muy prolongada época de la Conquista en la zona de frontera que era Antioquia, puesto que del estudio de estas antigüedades siempre se saca provecho para ahondar conocimientos desde la comunidad académica, instalarlos en las nuevas generaciones, fortalecer el sentido de pertenencia de todos con el Departamento y con los respectivos municipios, y renovar la responsabilidad generacional con la permanencia de los pueblos indígenas que lograron llegar a esta época.

Lo importante es que fechas tan emblemáticas no pasen desapercibidas.

Luis Javier Caicedo
Asesor de comunidades indígenas
Editor de la página www.albicentenario.com

---------------------------

Nota 1. Pedro Cieza de León, La guerra de Quito, cap. XCIX; citado por Raúl Aguilar Rojas. Fundación de la ciudad de Antioquia 1541. Medellín, Academia Antioqueña de Historia, 2001.

Nota 2. Los pecados de la Conquista fueron generalizados para todo el país, pero concretados a Antioquia se pueden resumir así:


Adaptación de las alegorías del Ayuntamiento de la ciudad de Praga

Dos casos de trampa: Belalcázar no ejecutó a Robledo tanto por las razones del juicio sumario a que lo sometió en la loma del Pozo en 1546 (pretender autoridad en las provincias de Antioquia, Arma y Cartago con su título de mariscal y abrir las cajas reales), sino porque nunca le perdonó que, en su ausencia, hubiera reconocido en octubre de 1540 por gobernador de las provincias fundadas por él en el valle del Cauca al usurpador Pascual de Andagoya. De otra parte, el primer gobernador de Antioquia, Andrés Valdivia, debió su cargo a una turbia gestión cumplida en España, a donde fue enviado el 25 de junio de 1562 por el Cabildo de Cartago con recursos aportados por Lucas de Ávila, un rico minero de Anserma, para que tramitara una solicitud de las ciudades de Antioquia, Caramanta, Anserma, Cartago y Arma para separarse de la gobernación de Popayán y que se nombrara como gobernador al citado Ávila. Valdivia regresó, efectivamente, en 1571, con la cédula real de creación de la provincia de Antioquia separada de Popayán, en la parte comprendida entre los ríos Cauca y Magdalena, y con el título que lo acreditaba a él, Valdivia, como su gobernador. Otra modalidad de trampa fue el engaño a los indígenas: decirles que salieran de paz y atacarlos. El propio Robledo, cuando terminó el combate que le permitió fundar la ciudad de Antioquia en el valle de Ebéjico (Peque),  les preguntó a los indígenas que cogió prisioneros, por qué lo recibieron de guerra.

“Respondiéronle que ellos paz querían, pero que tenían noticia que otros hombres como nosotros habían pasado por una provincias de Nori é Vuritica é Guaca, que están de aquellas provincias a treinta y cuatro leguas, que habían muerto todos los indios é señores de ellas, habiéndoles salido de paz; é que ellos tenían temor no se les hiciese lo mismo” (Relación de Juan Bautista Sardela).

La codicia. Las sepulturas del valle de Guaca y las minas del cerro Buriticá fueron el aliciente para la conquista del actual territorio antioqueño.

La muerte. La cifra es escalofriante. En los 70 años que duró la conquista murió el 93% de la población nativa de Antioquia. En la provincia de Anserma el porcentaje fue del 98%. En Cartago y Anserma terminó siendo del 100%.

La exculpación. Los españoles atribuyeron a “juicio secreto de Dios”, como castigo por las costumbres de los nativos, el despoblamiento de la provincia de Antioquia. En una publicación de la Universidad de  Antioquia de 1941, dedicada al IV Centenario de la fundación de la ciudad, se trascribe el ahora muy conocido, pero entonces novedoso, texto de fray Jerónimo de Escobar sobre el tema:

“La historia de la ciudad en sus primeros años interesa a todo el territorio, al cual dio nombre y fama; y para que se vea la gran transformación operada en estos cuatro siglos voy a permitirme leer el más antiguo de los documentos oficiales sobre las costumbres de nuestros aborígenes y de los primeros pobladores. Es un informe de fray Jerónimo Descobar al Soberano, sobre las ciudades fundadas y sus necesidades, muy conocido, escrito en 1582, según la autorizada opinión del académico Otero D’Acosta:

“’Este pueblo –dice textualmente el Padre Descobar, refiriéndose a Santafé de Antioquia-  es el último de toda la Gobernación e Provincia de Popayán; fue en su principio, cuando se descubrió, una provincia muy grande, de grandes señores, donde había más de cien mil indios; eran muy guerreros  unos con otros, comían carne humana e había carnicería entrellos de desta propia carne; era grandeza entrestos indios clavar en sus casas e puertas las calaveras de los indios enemigos dellos que se habían comido; fue la gente deste pueblo en quien el demonio, enemigo del género humano, tuvo gran señoría, en tanto grado que les enseñó cosas las más horrendas que se halan en escripturas, e fue que a sus propios fijos los criaba e engordaban con mucho regalo e guardaban para se los comer en fiestas e bailes, como quien engorda lechones, sin necesidad de comidas sino solo por vicio y ensañamiento del demonio lo hacían; “é ansí, por los grandes pecados destos indios e abominaciones, debió de permitir Dios se asolasen estos y otros muchos, porque a la verdad, la gran ruina e acabamiento de esta provincia de Antioquia no debe haber seydo la causa de sus muertes la sujecón que los españoles les han puesto, pues era mucho mayor e de mayores trabajos la que ellos tenían a sus caciques e gobernadores, antes que entrásemos allí los hispanos; antes dicen los propios indios que son  mejor tratados agora quentonces; sino que debe de haber sido voluntad de Dios destruir e asolar estos tan espaciosos reynos, en los quales se ha hecho gran servicio a Dios por los españoles e predicadores evangélicos en él han entrado, aunque mucho hayan excedido de lo que era razón. Finalmente, desta Provincia de Antiochia, con ser tan grande, habrán quedado como ochocientos yndios, habrá más de seiscientos esclavos los cuales todos sacan oro de un cerro famosísimo que llaman los yncinquentamil pesos oro [que debe ser Buriticá]’” (Antonio Gómez C, “Santafé de Antioquia”, en: El Pueblo antioqueño, Universidad de Antioquia, 1941. Libro en los 400 años de su fundación. Tomado de: http://biblioteca-virtual-antioquia.udea.edu.co/pdf/11/history-ant-udea.pdf )

La misma explicación da fray Jerónimo para el asolamiento de la vecina provincia de Anserma:

“Los indios de cuando entraron los españoles eran muchos y grandes señores, porque solo esta provincia de Anserma tenía más de cuarenta mil indios; pero hanse asolado por juicio secreto de Dios, de tal suerte que no hay ochocientos indios, y como la riqueza de las minas es grande, han metido grandes cuadrillas de negros y es de suerte que entre veinte y cuatro vecinos habrá más de mil esclavos en las minas” (“Relación de Popayán”, 1582, por fray Jerónimo de Escobar; en: Cespedesia, revista de la Universidad del Valle, Nos. 45-46, suplemento No. 4, enero-junio de 1983).

Pedro Cieza de León, aunque comparte lo del juicio divino, matiza la cuestión de la antropofagia concediéndole a los nativos el beneficio de la cultura:

“Y a la verdad como estos indios no tenían fe, ni conocían al demonio que tales pecados les hacía hacer, cuan malo y perverso era, no me espanto de ello, porque hacer esto, más lo tenían ellos por valentía, que por pecado” (Crónica del Perú, capítulo XII).